OJO: los CSD también están conformado por los mismos 3 elementos de la FIEL; por eso, es común que la riegues introduciendo la FIEL cuando solicitan el CSD o viceversa. Guárdalos en diferentes carpetas y ya la hicites.
miércoles, 18 de diciembre de 2013
Guía no ilustrada para emitir facturas electrónicas y hacer poquito menos coraje
OJO: los CSD también están conformado por los mismos 3 elementos de la FIEL; por eso, es común que la riegues introduciendo la FIEL cuando solicitan el CSD o viceversa. Guárdalos en diferentes carpetas y ya la hicites.
jueves, 17 de octubre de 2013
Historia de una mujer que se hace pasar por valiente cuando en realidad es infiel
"Es hora de declarar que esta es una historia autobiográfica, y por lo tanto profundamente sincera."
Margo GlantzHistoria de una mujer que caminó por la vida con zapatos de diseñador
miércoles, 2 de octubre de 2013
Un gallito de torrents, por favor
Games of Thrones
Sopranos
Breaking Bad
viernes, 16 de agosto de 2013
Otro viernes, otra semana que no sé donde quedó
viernes, 9 de agosto de 2013
No-Reseña de Before Midnight
No sé si llamarle una esperanza "madura" o "real"; la cuestión es que sabes que la vida "adulta" y en pareja está muy lejos de lo que soñaste en los veintes. Que la cotidianidad, la amargura, las recriminaciones y engaños pesan demasiado. Y dentro esas desesperanza-esperanza hay algo (que podría se hasta cobardía) que los mantiene juntos. El clásico perdiganar.
días en el que solo se piensa cuando se caga, compromisos, exmujeres histéricas y ausencias, hay espacio para otros viajes, atardeceres y amaneceres en el que estarán juntos, aunque uno respire aire y el otro helio.
****UPDATE****
viernes, 7 de junio de 2013
Hércules: Cerveza, historia y tragadera
Hace unos días fui a una cata de cerveza Hércules.
Los queretanos utilizamos Hércules y la Cañada para referirnos al mismo lugar. Supongo que es debido a que tanto el pueblo prehispánico de la Cañada y la Fábrica de Textiles Hércules tuvieran una gran importancia en sus respectivas épocas. La Cañada fue hogar de Conín, el otomí más famoso de Querétaro. La estatua que está en una de las entradas de la ciudad —cuando se llega desde el DF— representa a Conín. Los queretanos levantaron semejante mole para recordar que era el Señor del lugar, y que después de la batalla contra los conquistadores, se convirtió al catolicismo y firmó la paz con tierras y más indios para convertir. Todo por un Gandalf el Blanco que bajó del cielo en plena batalla del Sangremal. Conín fue bautizado como Fernando de Tapia y siguió siendo Señor de la Cañada, uno de los bastiones económicos de la región debido en parte a los ríos y pozos de agua que hay por ahí. Los españoles decidieron construir su ciudad a 7 km de la Cañada, a pesar de que ahí no había agua. Eso ocasionó que se tuviera que construir un acueducto, cuya tradición oral involucra un romance prohibido y mañoso que ya narré acá. La descendencia de Conín siguió impulsando la actividad económica construyendo un molino de trigo que aprovechaba el caudal del río. Fue hasta el siglo XVIII cuando Cayetano Rubio construyó la fábrica Textil Hércules, que aún sigue de pie. Gracias a la fábrica, la zona tuvo mejores vías de comunicación con «la capital» y daba trabajo a mucha gente. A principios del siglo pasado y con toda la revolución social, los trabajadores de la fábrica Hércules tuvieron su huelga «a la Cananea» y crearon su sindicato y demás cosas comunistas.
Sobre toda esta historia ahora se instala la Cervecería Hércules, protagonista de esta historia. Lo que antes eran máquinas de textiles ahora son nombres de cervezas: Jenny la Mula y la Spinning Jenny. Les pego lo que escribió mi supersommelier Miritha Porter de las cervezas en el sitio oficial de Mujeres Catadoras de Cerveza:
«Jenny la Mula fue una hiladora del siglo XVIII. La primera innovación técnica importante del momento y que le dio paso a la época de le Revolución Industrial. Es una cerveza American Pale Ale con sabor amargo y un olor frutal de cuerpo medio. Color Ámbar.
Spinning Jenny es una English Pale Ale. Una cerveza encuadrada en la tradición Británica donde el lúpulo soporta y equilibra el sabor de la malta. De color cobrizo, con una espuma pálida, olor a caramelo y cuerpo ligero. Delicada, en voz de sus autores, es una cerveza que no regaña cuando la tomas. Su nombre también proviene del ambiente textilero. Spinning Jenny fue una máquina que también servía para producir hilo, pero de manera manual.
Otras dos cervezas, la Strong Ambar Ale y una American Blonde Ale completan la colección de Hércules.»
La cervecería está ahí, en Hércules. No sólo lleva ese nombre. También es preciso decir que la cerveza consumida fue donada por los maestros cerveceros.
La cata de cervezas fue acompañada de comida. El restaurante 5DMayo nos ofreció 3 tiempos para el maridaje. Pero antes de hablar de la comida tengo que hablar del grupo de Mujeres Catadoras de Cerveza. No somos un grupo de amigas que nos conozcamos desde antes. En realidad somos una bola de desconocidas que tenemos algo en común: adoramos la cerveza y queremos aprender todo sobre ella; desde su elaboración, sus ingredientes, hasta sus creadores. Además nos gusta dejarnos consentir y para eso nos olvidamos de maridos, hijos y demás responsabilidades durante al menos unas tres horas. Algunas iban en pares, pero nos sentamos mezcladitas para conocernos más. Así nos enteramos que había dentistas, fotógrafas, maestras, chef pâtissier, empresarias...
Como ya dije, la cata fue dirigida por Miritha Porter quien, además de darnos un papelito guía, nos explicaba los conceptos y nos ayudaba a distinguir el sabor de la malta o del lúpulo. A apreciar el aroma y la transparencia (o no) de la cerveza. Los alimentos también eran preparados y explicados por el chef Albert Muñoz, quien además de decirnos la inspiración de los platillos, los ingredientes y hasta de su pasión por cocinar en 5DMayo. El restaurante tiene las paredes de color rosa mexicano (el Chef bromeó diciendo que lo pintaron para nosotras) y sólo dos salones en el que cada grupo de comensales disfruta sus alimentos en completa privacidad. Todo esto hizo que flotáramos en una atmósfera de confianza e intimidad.
Entre cata y cata, hablamos de comercio sustentable, de nuestros lugares favoritos de Querétaro, de nuestros hobbies y pasiones, de las cervezas que hemos probado. Algunas hemos probado más cervezas artesanales y explicábamos que nos gusta más cierto estilo y porqué. El tema de los maridos salió hasta que mencionamos lo envidiosos que estaban porque no podían asistir. Más de uno había propuesto hasta disfrazarse de mujer. Pretextos, pfff.
Mi Maridaje y yo hemos ido a Hércules en bicicleta. Desde nuestra casa hicimos como media hora por todo el río Querétaro, la única avenida que cuenta con una ciclovía decente en la ciudad. Ahí comimos elotes y bromeamos con el señor de las nieves de garrafa que está fuera de la iglesia. Descansamos en un parque público. Nos lamentamos al no alcanzar los tacos de canasta de dos pesos (sí, dos pesos, o ¿eran tres?) y nos conformamos con los antojitos que nos ofrecieron en una cantina. Tomé fotos y caminamos por las calles empedradas. En otras ocasiones hemos ido en coche para llevar a los perritos.
Para mí, Hércules es un lugar de historia, sabores y tradición.
- Los datos históricos de este post no deben ser usados para la tarea de la escuela. No soy historiadora, sólo recolectora de chismes.
- Viejas: busque al grupo de Mujeres Catadoras de Cerveza de su localidad. Y si no hay, organicen uno. Éste es su feis y su blog.
- Gracias otra vez a los señores detrás de Cerveza Hércules y de 5DMayo por consentirnos tanto. Y a Miritha Porter por su entusiasmo y contagiosa adicción a las cervezas artesanales.
viernes, 3 de mayo de 2013
Rasputina, mi nueva computita :)
lunes, 22 de abril de 2013
Dimensión desconocida: Puebla y Cholula
Puebla y Veracruz estaban en el plan original del mochilazo al sur de México que mi Maridaje y yo hicimos. En ese 2010, la falta de dinero nos obligó a posponer la visita. Cuando el autobús de ADO que nos llevaba de Oaxaca al De-Efe pasó por la planta de VW Puebla, nos abrazamos más y dijimos: ahí pa’lotra. Nos dolía no haber pasado a Puebla, pero más nos dolía la congelación a la que te someten los desdichados autobuses ADO.
La ocasión llegó con un programa que vi de Tlaxcala, en el que la anunciaban como la meca del Pulque. Después de nuestra visita a Boyé, buscar pulque se había convertido en obsesión. ¿Tlaxcala está cerca de Puebla, no? Google maps me dijo que sí. Además una nueva superautopista, el arco norte, nos permite llegar a Puebla sin pasar por el De-Efe.
Partimos un viernes por la mañana. En la carretera Querétaro – México encontramos la entrada al Arco Norte sin problemas. El problema estaba a escasos kilómetros cuando encontramos un estacionamiento en la autopista. Twitter me informó que había un accidente y que lo único que quedaba es tener un buen tema de conversación para no terminar ahorcando a los compañeros de viaje. Estuvimos detenidos más de una hora. Cuando por fin liberaron el paso, vimos a Tula de lejos, con sus refinerías ensuciando la vista. Junto a Salamanca y La Piedad, Tula ha de ser las ciudades más pinches de México.
El paisaje árido cambió a verde y boscoso cuando pasamos por La Malinche. Ahí pa´lotra volvimos a decir. Minutos después el Popo y el Iztaccíhuatl nos anunciaron que ya estábamos cerca. Eran casi de las 3 de la tarde y nuestras tripas chillaban. Chillaron aún más cuando vimos la cola en la caseta de entrada. Google maps nos guiaba para entrar a la ciudad y casi me desmayo cuando vi que la avenida que nos llevaba al centro estaba en reparación. Cuando por fin llegamos al centro lo encontramos atascado de gente y coches. Dejamos el coche en el primer estacionamiento que encontramos cerca de la Fonda Santa Clara.
A mi Maridaje le habían recomendado dicho restaurantito. Para nuestra suerte, había mesas disponibles y los meseros estaban prestos a atendernos. Comenzamos con unos tayoyos. A simple vista parecían unos tlacoyos pequeñitos, pero su sabor es más dulce y su relleno de algo así como chicharrón y habas hicieron que nos peleáramos por la mitad más grande del tercer tayoyo. Por fortuna, las enchiladas de tres moles (negro, pipián rojo y pipián verde) para mi Maridaje y un manchamantel para mí, salvaron a nuestros dedos de ser pinchados por los tenedores enemigos. Con el primer bocado casi me vengo. Pedí el manchamantel porque había leído que era un platillo colonial. En Santa Clara lo hacen de chile ancho y mulato y a las piezas de pollo y cerdo lo acompañan durazno, pera y manzana en almíbar y plátano macho. Al contrario del mole, que es más picante que dulce, la salsa con la que está bañado el Manchamantel es más dulce que picante. El mole también estaba delicioso y mi Maridaje feliz. No hubo más guerra de tenedores. Para el postre estábamos más que satisfechos. ¿Pero cómo resistirse a un postre que se llama Bien Me Sabes? Era pan cubierto con natilla de vainilla y decorado con nueces, pasitas y almendras. Salimos con un kilo de mole para llevar y decidimos caminar por el centro para bajar la panza.
Su Catedral está enrejada con ángeles y me recordó a la chilanga. Sin embargo, por dentro hay más oro. Las rejas, los marcos de los cuadros y demás relieves son dorados. No falta el Jesus gore y los pecadores devorados por el fuego del infierno. El toque moderno lo ponen sus velas eléctricas de a peso. Lo poblano les sale en el nacimiento de talavera.
Recorrimos un poco más el primer cuadro de la ciudad y como buenos queretanos criticamos el cochinero de sus calles. Vimos a los payasos, a los del EZLN y ubicamos los lugares para comer. Decidimos no pasar más tiempo en Puebla y partir para Cholula, donde se estaba llevando a cabo un festival de cerveza artesanal mexicana.
Cholula está pegada a Puebla, pero a los cholulenses no les gusta ser confundido por poblanos. Y con mucha razón. Por sus calles adoquinadas juguetean perros semicallejeros. Hay grandes prados en los que pasean dueños y perros más entrenados. Con razón leo a cada rato que Agustín sale a caminar con Nico. Los changarros del centro están pintados de colores fuertes: azul rey, verde olivo, rosa mexicano, amarillo pollo, rojo ladrillo. No hay mucha gente en sus calles y apenas puedes creer que a 20 minutos está el centro de Puebla. Y por supuesto, está su pirámide / iglesia. Sólo tuvimos tiempo de sacar algunas fotos desde el jardín. El sitio arqueológico queda ahí pa’lotra.
Llegamos al hotel en donde se llevaba a cabo el festival. Varias carpas alojaban a los productores de cerveza, quienes por 20 pesitos te daban un chupito de cata. Además te explicaban el tipo de cheve, los ingredientes extra utilizados y otras peculiaridades. Así llegamos a cerveza de bambú (mala), otra oaxaqueña y con miel (machomenos) y otras con nombre de escritor (Poe, pale ale, bastante buena). En otras carpas había comida y a pesar que habían pasado escasas tres horas desde el atracón, le llegamos a unos choripanes al carbón acompañado de su infaltable chimichurri. En el centro del jardín algunos niños bien de la UAP jugaban a angry birds y chupaban tirados en el pasto.
La cerveza comenzaba a pegar cuando llegó la hora de partir. El plan era dormir en Tlaxcala para tomar muy temprano un tour a las haciendas pulqueras. Volvimos a Puebla y de ahí buscamos la salida a Tlaxcala. No estoy muy segura, pero hay como 23 salidas desde Puebla a Tlaxcala. Hasta ese momento, el celular y su Google Maps habían sido nuestra guía. Pero el celular estaba a punto de morir y no quería encenderlo. Era tarde y estábamos desesperados. Los poblanos son unos asesinos al volante que combinado con sus glorietas nada señalizadas y sus retornos imposibles hacen que Puebla se convierta en un lugar de la dimensión desconocida del que no puedes salir y todos de dan camote. Creo firmemente que los poblanos conspiraron para mandarnos por el camino más pinche: uno obscuro, lleno de topes, baches y conductores locos.
viernes, 19 de abril de 2013
Acomodos camatorios
viernes, 5 de abril de 2013
Yo tenía un no-blog chiquito, snif
jueves, 28 de febrero de 2013
Diablo con vestido azul
martes, 12 de febrero de 2013
Vendo membresías del club de fans de Ricardo Ortega
jueves, 7 de febrero de 2013
Vendí mi Almera y no chillé ni nada de esas mariconadas de hombres
lunes, 4 de febrero de 2013
Íbamos para Chapala, pero terminamos en el parque metropolitano
miércoles, 23 de enero de 2013
Visa en tiempo real
Es la 1:22am y estoy luchando contra morfeo. En 40 minutos tengo que partir a la central para tomar un autobús que me dejará en la embajada gringa. No tenía interés en renovar mi visa, pero el curso queda mi ídola Lyssa Adkins patrocinado por la empresa, me hizo cambiar de opinión. Mi maridaje se rindió; ronca a mi lado. Estoy cansada. El día de hoy tuvo mas mierda y complicaciones de lo normal. Por eso nos fuimos a cenar una cerveza Josefa. El medio litro cuesta 60, pero pega como tres. También comí queso con chapulines. Se supone que estoy a dieta, pero a veces se necesita cerveza artesanal para el alma apachurrada. Un masaje y baño con agua quemante después, estaba lista... para dormir. Por cierto, me acabo de enterar que Before Midnight se estrena este año. Amo las lonjitas de Celine.