viernes, 14 de septiembre de 2012

Mi sobrina y yo les patearemos el trasero prontamente

Cuando mi sobrina nació, le escribí un mail a la familia con fotos y el siguiente párrafo:

A sus dos días de vida, sus principales gracias son: chillar como gatita, mover las manos de tiranosaurio y ser más bonita cada día. Le gusta hacer caras mientras duerme, chupar sus manos y llamar la atención de sus abuelos y tía. Viste camisetas de algodón y pañal. La técnica del taquito aún no está 100% dominada pero seguro que hay algo en youtube.
Ahora, Gaby está por cumplir un año y sus principales gracias podrían llevarse muchos párrafos. Supongo que es parte de la evolución “normal” de un bebé, pero me parece la más inteligente y hermosa. Sus ojos azules son muy expresivos y atentos. Siempre están atentos y curiosos. Habla y habla en babytalk y no tiene empacho en gritar cuando está emocionada. Prefiere caminar a gatear y estoy segura que lo hará sola muy pronto. Todos los días aprende cosas nuevas: aplaude, ladra, hace como si anduviera sobre un caballo, manda besos y hace ojitos. Contesta con su dedito cuando le preguntan ¿Cuántos años vas a cumplir? y espera las partes divertidas de las canciones para bailar y mover los brazos. Ya sabe hacer berrinches y aunque come muy bien, cuando no quiere, no hay “avioncito” que la convenza de lo contrario. Le gustan los lugares nuevos, se emociona cuando llega a casas que no conoce. A veces, la gente cree que es niño y por eso le han comenzado a poner moños en ese pelo güero que le tardó tanto en salir.

Como vive en Guadalajara, la veo cada 3 semanas o un mes. Aunque mis papás me mandan videos bastante seguido, cuando la veo en vivo me doy cuenta que les faltó mandar muchos y eso que ya tienen 2 iPads con nada más que libros electrónicos y videos de la bebé. Por eso, cuando voy a visitarlos, me quedo todo el tiempo que puedo con ella.

Hace un mes, toda la familia fuimos a México. Nos amontonamos en casa de mi abuela y pusimos colchones inflables para dormir. Uno de los colchones quedó en el centro de la sala, con los sillones alrededor. Como esos colchones tienen alta capacidad brincolina, me puse con Gaby a jugar recargándome en el colchón para hacerla brincar. “Cuidado con la niña”, me decían una y otra vez. Y es que en cuanto comenzó a agarrar confianza, la niña gateaba rápido por el colchón hasta treparse a los sillones. Entonces se aventaba al colchón como si fuera una alberca, con la seguridad que estaba la tía para amortiguar su caída. En una de esas aventadas, no alcancé a agarrarla; el resultado fue una niña girando 360 grados por el aire y cayendo de espaldas en el colchón. Me asusté un segundo nada más: Gaby reía y gritaba divertidísima. Eso sí, ya no nos dejaron seguir jugando en el colchón.

Cuando estoy en casa de mis papás, la llevo a tocar esos juguetes de adultos que no están a su alcance. Aún no hemos roto ningún marco de fotos o recuerdito de ciudades. Cantamos, jugamos y leemos todo el tiempo que se puede. El domingo que se despertó, estaba sentada en la cama de mis papás. Entré al cuarto y en cuanto me vio, alzó los brazos para que me la llevara a jugar.

Cuando Gaby nació, escribí un tweet que decía algo así como que mi sobrina le pateará el trasero a todos sus hijitos, sobrinos y demás.  Ahora me doy cuenta que esa fecha está muy muy cerca y que yo la voy a ayudar, muajajaja.

sábado, 1 de septiembre de 2012

Hit and Miss o el niño-niña que tenemos dentro

Mia es una asesina a sueldo. Sexy, fatal y con pito. Ser transexual es una ventaja para su oficio, ya que legalmente, Mia no existe. Existe Ryan y Mia trata de lidiar con su pene y con su pasado. Y es precisamente su vida como hombre la que se mete en esa calma que requiere ser una asesina con sangre fría. Una carta le informa que su ex tuvo un niño del que ella es el padre. Ahora, que su ex murió de cáncer, debe cuidarlo. Ryan tiene diez años y vive con sus hermanitos. Riley y Elí son un par de pre-adultos desconfiados y que saben utilizar las groserías inglesas a la perfección. Luego sigue Ryan, tímido y asustadizo y al final está Leonie, una tiernísima niña de 6 años que adora bailar. Todos viven en un rancho, a las afueras de una ciudad inglesa. Son pobres, han sufrido abusos y tratan de sobrevivir en un lugar que nada tiene que ver con el primer mundo inglés.

Mia no está segura de querer hacerse cargo de los niños. Los niños grandes están seguros de que no la quieren ahí. A Ryan le encanta tener una figura paterna-materna en casa y Leonie habla con su madre muerta. Aunque Mia no les oculta su transexualidad, esa no parece ser la causa de que los mayores la rechacen. Sencillamente, no la necesitan. Ellos son los jefes y sabrán hacerse cargo de los niños y la granja. No permitirán que nadie se meta en su familia. Sin embargo, Mia se muda con ellos e intenta hacerse cargo de su vida y sus problemas. Cuando Mia se enfrenta al gordo y violento arrendador del rancho, comienzan a ser una familia.

Hit and Miss pone sobre la mesa el tema del género, el sexo y la violencia sin ningún tinte moralizante o a favor del homo/trans sexualismo. Los escritores te presentan una historia y en nosotros queda asustarnos o reflexionar sobre ello. Yo me pregunté si la nueva familia de Mia es disfuncional. Si el que ella tenga pito o los niños sean de diferentes padres y carácter explosivo, los hace disfuncionales. Entonces los niños comienzan a confiar en ella y Mia a preocuparse por ellos y a sentirse madre. Hay un capítulo en el que Ryan se viste de mujer: se maquilla y pone tacones. Sale a la sala y todos se burlan. Mia habla con él y entonces entendemos que lo único que quiere Ryan es imitar a su padre, igual que muchos niños. En otro capítulo, la niña quiere que Mia baile con ella. Un parco “yo no bailo” hace que la chiquilla se entristezca. Al final, terminan todos bailando. Me parece que a pesar de la violencia que Mia les enseña, la familia funciona bastante bien.

Las actuaciones de Ryan y Riley son asombrosas; espero ver mucho más de ellos dos. Las escenas en las que Mia sufre el dolor de ser una mujer con cuerpo de hombre son explícitas y directas. Una máscara y golpes al pene son más fuertes que ver el pene mismo. La dualidad hombre-mujer de Mia está presente también en su personalidad. Puede ser una asesina a sangre fría y al mismo tiempo sufrir por amor. Su seguridad al disparar contrasta con su inseguridad al educar. Pareciera que el transexualismo de Mia es una más de las dualidades que todos tenemos en nuestra personalidad.


Hasta ahora, la serie tiene una temporada de 6 capítulos y sin planes de hacer más. Lo que es una lástima ya que el final queda demasiado abierto. La protagonista, Chloë Sevigny dice que está esperando leer de qué iría la historia. Capítulo tras capítulo es un madrazo. El drama, las actuaciones y los personajes son tan cabrones que el final se siente como un “no me chingues”. 

Hit and Miss es una serie provocativa, con una historia que atrapa y te deja pensando. Nos obliga a replantear nuestra actitud ante lo la sociedad nos ha dicho que es antinatural y hasta anormal. Algo así también hacen los 3 capítulos de Black Mirror, pero con conceptos tan 2.0 como youtube, facebook, twitter, ipad, american idol y grabaciones.