El domingo vinieron a visitarme mis papás. Sólo desayunamos, pues iban de pasada desde el DF hasta Guadalajara, donde aún viven. Fuimos a Tikua, un restaurant medio fresón en el centro y prácticamente hasta el final de la tragadera me acordé que unas tres semanas atrás operaron a mi mamá y casi me quedo desmadrada :’(
Fue horrible y acordarme me sacó la lagrimita otra vez: la operación era sencilla y lo fue: le sacaron una bolita de grasa de atrás de una oreja. La operación resultó bien y al día siguiente salió del hospital. Le llamé como a las 7 u 8 de la noche y me contestó mi abuelita. Ay hijita, tu mamá se puso mal, me dijo. Y al fondo, escuchaba unos gritos de dolor. Ya está acá tu papá, ya la está viendo. Me quedé helada y con un nudo en la panza. No entendía nada; no sabía qué estaba pasando y porqué mi mamá gritaba. Colgué para que pudieran atenderla. A los tres minutos le llamé a mi hermana. Ella vive a unas cuadras de su casa y le pedí que fuera a ver y me contara. Ella me aseguró que ya estaba bien, pero yo estaba asustadísima. Cuando llamé, mi mamá estaba teniendo un choque anafiliático. Mi papá es doctor y la estaba inyectando.
Unos diez minutos después me habló mi papá y me explicó que fue una reacción alérgica al antibiótico. Aunque mi mamá ya había tomado esa medicina antes, resulta que en cualquier momento se puede volver uno alérgico. Como una hora después me llamó mi mamá, ya podía hablar y me dijo que no me preocupara, que todo iba a estar bien. En un choque anafiliático, hay alergia en la piel e hinchazón en general y en caso de mi mamá se cerró la garganta y tuvo taquicardia.
Cuando pasan este tipo de cosas me dan ganas de agarrar a mi Viejo y a mis perros y regresarme a vivir a Guadalajara. Pero esa no es la mujer que mi mamá crió. Mi mamá nos educó para partir y buscar nuestro camino.
Desde chiquita, mi mamá quería ser maestra, pero mi abuelo no le parecía correcto. Estudió la Normal a pesar de la falta de apoyo y dinero. Desde los 19 trabajó como maestra de primaria en escuelas federales (antes no hacían prepa). Cuando yo tenía unos 12 años, obtuvo el grado de licenciada por la UPM. Trabajó incluso cuando sindicatos, directores de escuela huevones y padres de familia hijosdelachingada le quitaban las ganas. Lo suyo, era una verdadera pasión por enseñar y sacar adelante a los chavos. He visto cómo se encuentra a sus exalumnos y la saludan con cariño. Trabajó unos pocos años pasado su periodo de jubilación y ahora, junto a mi papá, ayuda a mi trabajadora hermana con la niña más inteligente y chula del planeta: mi sobrina.
Cuando me vine a vivir a Querétaro, mis papás estaba pasando por cosas gachas. Pero no permitieron que eso influyera en la forma que yo quería llevar mi vida. Como adultos, hay cosas que no nos toca más que mirar y arreglársela solo. Uno no puede ni debe hacer nada.
Para mí, de eso se trata la familia: de quererse, apoyarse y respetar. Y chillar porque pos ni modo, a veces pasan cosas gachas.