Ya sé supongo que entre los argumentos que los queretanos dieron para defender este Honorable Estado no están los malos tratos que a los que sus valientes hombres han sido sometidos a través de los siglos.
A continuación tres leyendas que reflejan el sentir popular, respecto a las Queretanas y Cabronas.
1. La monjita embaucadora
Querétaro siempre ha sido un lugar seco. El llevar el agua a la ciudad, siempre ha sido un problema y un reto, ya que no hay pozos en el centro. Esto comenzó a cambiar hacia 1720 y con la construcción de un acueducto.
Cuentan que un tal Juan Antonio de Urrutia y Arana, Marqués de la Villa del Villar del Águila (desde ahora el Marqués), de nacionalidad española y casado con Doña María Josefa Paula Guerrero y Dávila Moctezuma Fernández del Corral (desde ahora, la Marquesa) se enamoró perdidamente de Sor Marcela (desde ahora, la monja embaucadora), que vivía en el convento de las capuchinas.
El Marqués comenzó entonces a endulzarle el oído a la monjita mientras aquella meneaba los huevos del rompope. Por más palabras bellas -de esas que nacen de una erección- que el Marqués expresaba, Sor Marcela seguía negándose. Intentando alejar al apasionado pretendiente, la monjita expresó “cuando llegue agua limpia al convento, ese día cederé”.
[caption id="attachment_1059" align="aligncenter" width="300" caption="Arcos"][/caption]
Entonces el Marqués soltó la lana para construir un acueducto directo al convento de la amada. Posteriormente, al acueducto se le unieron más fuentes y otras obras, siempre patrocinadas por el millonario calenturiento.
¿Pero qué paso con esta historia de amor?
La monjita se casó con Dios y el Marqués le construyó una casa a su Marquesa. Esta leyenda tuvo tal impacto en el subconsciente queretano, que todos aquí llaman LOS ARCOS al acueducto, intentando así olvidar que Sor Marcela tuvo lo que quiso (agua) y el Marqués no (monjita).
Yo no sé, pero más de un conocido dice las queretanas son así.
2. La mujer infiel y asesina.
Ya sé, la historia no es nueva: una joven mujer insatisfecha con su situación amatoria/sexual busca calor en brazos ilegales y de paso, quedarse con la lana. Sin embargo, la de la Zacatecana es una historia con tintes obscuros y gore.
Durante la colonia, Querétaro se afianzó como ciudad de paso entre la capital y la ruta de la plata, Zacatecas específicamente. Así que para 1850 llegó hasta esta bella ciudad una pareja de aquella ciudad minera.
[caption id="attachment_1060" align="alignleft" width="150" caption="Mala mujer, mala"][/caption]
El hombre, celoso y sabiendo de la belleza de su mujer, sólo le permitía salir a misa (acompañada de su doncella) y no recibía mas visitas que la de su costurera. Sin embargo, el minero pasaba más tiempo en los negocios que atendiendo a su esposa, por lo que aquella convenció a un mozo que lo matara. Ya se imaginarán las técnicas de convencimiento utilizadas para tan macabro fin.
Una vez consumado el acto, lo enterraron dentro de la misma casa para no levantar sospechas. Pero la codicia es más fuerte que la pasión, por lo que el mozo intentó secuestrar a la Zacatecana. Ella no tuvo más remedio que asesinarlo y enterrarlo con aquél que ahora la hizo viuda.
Una mañana amaneció la Zacatecana muerta en una calle cercana. La investigación llegó a su casa, donde encontraron los dos cuerpos sin vida. La sociedad horrorizada culpó a la viuda negra y, a pesar de aquella estar más fría que una cerveza en hielera, la ultrajaron, la azotaron, la arrastraron por la calle y finalmente la colgaron en advertencia a las demás esposas infieles.
[caption id="attachment_1061" align="aligncenter" width="150" caption="Calaquitas"][/caption]
Hoy la casa de la Zacatecana es un museo particular –y barato- con muebles y pinturas del siglo XIX y es atendido por unas viejitas muy buena onda que te cuentan historias de fantasmas, ánimas, calacas enterradas y malas mujeres.
3. La roba-protagónicos
Ya saben cómo es eso, a cualquiera le puede pasar: Conspiras contra el gobierno –siendo parte de él- arriesgando no sólo tu lana, si no tu pellejo. Tienes reuniones con otros liberales y durante dos años detallan con precisión los movimientos y fechas.
Sin embargo no contabas que en septiembre comienzan las ondas frías en Querétaro y, en aquel 1810, un viejito temeroso de Dios se enferma y confiesa la conspiración en la que estabas involucrado. El gobierno llega a tu casa de madrugada para que en tu rol de Corregidor des evidencia de la alta traición a la Patria. En pantuflas y con los desos en la garganta, vas a la casa donde dicen estar las armas. No encuentran nada, pero en un movimiento de sospechosismo, un soldado tira una pared, dejando al descubierto el parque que tú y tus amigos habían estado juntando como niños a las canicas.
Asustado, corres con tu vieja y le dices “Poco falta para que nos agarren, mi amor”. Ante su insistencia de avisar a los demás rebeldes tú te niegas. Ante Dios y los hombres, lo importante es mantenerla a salvo, por lo que la encierras.
Ella se las ingenia y, a punta de taconazos, llama la atención de un tal Ignacio Pérez, quien sale despavorido a Dolores, a avisarle a un padrecito revoltoso. Desde entonces el nombre Josefa Ortiz sale antes que el tuyo en las cartitas de la escuela.
[caption id="attachment_1062" align="aligncenter" width="300" caption="Taconazos de indepedencia"][/caption]
A cualquiera le puede pasar.
IMPORTANTE: Lo escrito anteriormente son leyendas exageradas. No deben ser tomados en serio ni ser utilizadas para hacer una tarea escolar o justificar un grado de doctorado en historia. Su objetivo es meramente de incitación a la visita y que el lector se acuerde de esta escritora en ciernes meramente aficionada a la historia durante su visita.
Visitar los Arcos es gratis o cualquier trenesito turístico les lleva. La Casa de la Marquesa es ahora un hotel muy bonito y elegante, al que pueden invitarme un desayuno (no se aceptan invitaciones a dormir).
La Casa de la Zacatecana, es un museo particular y económico ($30), en donde hay varios eventos. Visiten su web.
Es imposible que unos taconazos, por mas fuertes avisaran a Ignacio Pérez, por la distancia que separaba a las cárceles de la habitación de Doña Josefa.
Donde la corregidora avisó a Allende / Hidalgo es ahora el Palacio de Gobierno, en el que a veces hay tours gratis. Ahí hay más leyendas e historias, como el encarcelamiento -y escapada- de Chucho el Roto, el Robin Hood mexicano. Frente al edificio, está una de las plazas más bonitas de Querétaro: la de armas o la de los perritos, que engalanan al Marqués aguador.
[caption id="attachment_1063" align="aligncenter" width="300" caption="Noche en Plaza de Armas"][/caption]