Es la 1:22am y estoy luchando contra morfeo. En 40 minutos tengo que partir a la central para tomar un autobús que me dejará en la embajada gringa. No tenía interés en renovar mi visa, pero el curso queda mi ídola Lyssa Adkins patrocinado por la empresa, me hizo cambiar de opinión. Mi maridaje se rindió; ronca a mi lado. Estoy cansada. El día de hoy tuvo mas mierda y complicaciones de lo normal. Por eso nos fuimos a cenar una cerveza Josefa. El medio litro cuesta 60, pero pega como tres. También comí queso con chapulines. Se supone que estoy a dieta, pero a veces se necesita cerveza artesanal para el alma apachurrada. Un masaje y baño con agua quemante después, estaba lista... para dormir. Por cierto, me acabo de enterar que Before Midnight se estrena este año. Amo las lonjitas de Celine.
1:50 am Hora de hacer, por quinta vez, el chequeo de papeles y demas chingaderas. (y la pinche tablet que no agarra el acento, grrrr)
2:05am salimos de la casa. Cosas que ves los martes de madrugada en Querétaro: más perros callejeros, más trailers, puestos de tacos limpiando, una virgen con exceso de lucecitas en la carretera, una bicicleta abandonada en el Mega. Muchos taxis. Besos a mi marido.
2:17am llego a la central de autobuses. Me encuentro que le quitaron un camellón para lo único servía era para que los autos se pusieran en doble fila y los policías se enojaran. También organizaron los taxis y ahora tienen baño, boletería y plataformas de embarque. Ah, Querétaro el primer mundo. Entro a Primera Plus y luego a la aduana hacia México. Desde Querétaro, viajar al Deefe supone inspección de mochilas, paso por marcos de seguridad y "polis" haciendo notar el evidente frío. También te toman video. Subo al autobús y me toca ir sola, ¡yei!
2:35am parte el autobús. Dependiendo a la ciudad a la que vayas, Primera Plus también te ofrece diferentes "ventajas". Al aeropuerto, te dan iPad. A la embajada, unas pantallas android cuelgan del respaldo frente a uno. Sin duda, los autobuses de turismo en México son de lo más cómodo y fresas que hay. En Europa por ejemplo, viajas como sardina. El respaldo apenas y se reclina. Olvídate de tener tele o launch. Supongo que tanta fresedad obedece al clasismo mexicano. Y a que no hay tren. Prendo el coso de android y lo vuelvo a apagar. Tengo sueño, saco mi cobijita, acomodo las orejas detenedoras de cabeza (otro plus), me bajo el gorro hasta los ojos y duermo.
5:30am A pesar de haber sentido los topes de bienvenida de la Ciudad de México, seguí prácticamente dormida hasta donde está la embajada. Primera plus tiene una sala de espera en donde puedes ver la tele y quitarte la cara de desvelada. Eso sí, no tienen internet. ¿No que muy chingón primera plus?. Mi cita es a las 7:30. No se si intentar dormir.
6:00am Despues de la hermosa noticia de que Piqué y Shakira ya son papás, una señora nos explica el proceso que siguen los gringos y que ellos nos llevan al CAS. A la embajada, se va cada quien a pata. Reviso mi documentación y CREO que sí aplico como renovación. Yei, otra vez.
7:00am No dormí. Era hora de partir al CAS. A pesar de ser esas horas de la madrugada, los chilangos se arremolinaban en los puestos de tamales, garnachas, café y pan. Y yo ni siquiera me despierto a las 7. Van entacuchados en bici o caminando. En negro, gris o un color igual de serio. En el Ángel, un voceador grita cosas raras; como que "padece de sus facultades mentales" , dirían en el canal 5. Entonces algo sorprendente pasa: los autos se detuvieron en un paso peatonal sin necesidad de tener semáforo.
7:15 Llegamos al CAS. El policía me indica que tengo que esperar. 5 minutos después me deja formarme. Documentos a la mano, celular sin pila, nada de comida. Revisión de cita, revisión de pasaporte, foto, huellas digitales y adiós. 15 minutos después estoy fuera. No tengo que entrevistarme con ningún gringo, pero tal vez tenga que volver: mis huellas están gastadas, me informan. Ya me lo esperaba, esas chunches que escanean yemas nunca me funcionan. Si no le parece a la embajada, me tendrán que tomar la muestra con tinta.
7:45 Me acuerdo del Pozole de Toño. Mejor pozole que starbucks o sangrons. Además me ando haciendo del baño. Camino hacia la zona rosa y guiada por sexshops, cantinas y antros cerrados. Las calles vacías, sólo los de limpieza barrían y echaban agua. El teléfono me había asegurado que el Pozole Toño estaba abierto las 24 horas. Y fue cierto: 5 minutos después tenía frente a mi un pozole chico y un café.
8:15 De vuelta a la sala de Primera Plus. Ahora sí, el tráfico en Reforma es de Ciudad. Frente al Sangrons, casi me atropella un Infinity Negro. ¿Esos coches los venden en México? Qué bueno que no morí, porque seguro el tipo se hubiera salido con la suya. En la salita, me doy cuenta que sí hay internet, sólo tenía que pedir la clave. Siento haberte injuriado, Primera Plus. Me informan que aún no hay cuórum para tomar taxi compartido a la Central del Norte. Espero escribiendo en la Asustaniana. La verdad, no la amo. Su pinche teclado se cambia, no deja escribir bien, se pone el mouse donde se le da su chingada gana. Definitivamente ya di el viejazo y seré de esas rucas aferradas a sus computadoras. “En mish tiemposh she llamaban Pecé” les diré a los escuincles. En la tele (televisa), continúa felicidad por el nacimiento del escuincle de Shakira.
9:00 AM Considero la posibilidad de irme en metrobús y luego metro a la central. Pero me da hueva. Sigo escribiendo y regocijándome del milagro del nacimiento
9:30AM Dos Ñores de Celaya están dispuestos a compartir taxi conmigo. Nos toca a 40 pesos por persona. “Es taxi seguro” nos asegura la vendedora y guía de visado. Me subo al frente de un coche negro. No le veo finta de taxi. En la primera cuadra, el chofer aceleró para evitar un semáforo en rojo. Sí es taxista, pensé. Pero eso de “seguro”, no tanto. Para tomar el circuito interior, se metió por el acotamiento amarillo y le echó el coche a unos patones. Eso sí, hicimos 10 minutos a la central.
10:00 AM era la hora que decía mi boleto de vuelta a Querétaro. Hay que pasar otra vez por la aduana y revisión del DF. Antes de los arcos revisores, tienen un tablero con fotos denunciando rateros. Las fotos son parte del video que siempre te toman. ¿Entonces de qué sirve tanta revisada y manoseada si aun así se les suben los maloras al camión? Justo cuando me iba a vivir a Madrid, unos vándalos me robaron la bolsa en el camión. Me quedé dormida y ya no apareció. Adiós celular, 300 dlls y credencial de votar. De menos el pasaporte (con visa de estudianta) lo traía amarrado en la panza. Comenzamos a abordar hasta las 10:05. Esta vez, el autobús es de los normalitos. Con tele que baja del techo y descansa-cabezas sin alitas sujetadoras. Pero me dieron un yogurt yoplait y un cuernito. Dormí y no desperté hasta que sentí los topes de entrada a la central queretana.
12:50PM Mi maridaje me recoge a en la central. Preferí ir a casa a darme una manita de gato y no lucir tan demacrada (no lo logré en su totalidad). El trámite me costó 10 horas de mi vida, 400 pesos de camiones + 160 Dlls a mi tarjeta + 100 pesos de taxi y desayuno. Espero que los gringuitos comprendan mis dedos trabajadores y no me hagan volver a ponerlos en tinta. En general me fue fue bastante bien.
Nota para sacar la Visa gringa:
Todo se hace por internet, hay que entrar al sitio de la embajada en donde se llena una forma. Yo me tardé como una hora cuando mucho. Después tienes que pagar (yo lo hice por teléfono, con cargo a mi tarjeta) y sacar cita en el CAS. Esto se hace por teléfono o por internet. En esa cita, lo único que hacen es tomarte fotos, huellas dactilares y se quedan con tu pasaporte y visa (si se tenía). Creo que sólo se considera renovación (y no se tiene una segunda cita) si la visa no tiene más de 48 meses vencida. Si nunca sacaron visa, sí hay que ir a entrevista con un gringuito en suelo americano. Esas son las que son perras, ya que depende mucho del humor del tipo. Los hombres y más si son jóvenes son los que tienen más pedos. Lo ideal es llegar presumiendo estados de cuenta, trabajo bien remunerado y propiedades. Y que no te vean ganas de quedarte, ja. Cuando le toque a mi maridaje ir, podré contarles más