Nuestras primeras horas juntos fueron emocionantes: le configuré las redes sociales y me asusté de toda la gente fea que tengo en mis contactos de google (los jaló a los contactos). Ponía el GPS pa ir a soriana y veía los panamericanos en su navegador. Pero antes de cumplir un día juntos, ya pedía recarga de batería. ¿Qué pedo? Los compañeritos de mi extrabajo me dijeron que era culpa del 3G. Entonces se lo apagué. Yo lo que quería era no cargar todos los días el pinche celular. Ah, y recibir fotos de mi sobrina eructando.
Por eso digo que el teléfono está tonto. Pero su retraso internet-social no me molesta. Sí, el whatsup está chido y hallo gente en los chatitos colgada de los WIFI. Le he metido 50 pesos en un mes y la cobertura de iusacell / unefon si es mucho más chafa que telcel. El cliente de tuiter se traba y aunque le instalé el swipe, escribo muy leeeeento.
La verdad el smartphone no se ganó mi corazón. No así la icore5 que está en la foto y su hermano siamés, el monitor de 22 pulgadas a quienes amo.

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